Atada y sonriendo después de rendirme al placer

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Con una tanga azul que apenas cubría mi piel y mis muñecas esposadas detrás de la espalda, me entregué por completo al juego. Entre gemidos ahogados, nalgadas frente al espejo y la tensión de sus manos forzandome a mantener su pene en mi garganta que me dejó sin aire, resistí hasta que me soltó. Mi respiración entrecortada terminó en una sonrisa traviesa… porque me encanta ser tratada así.

Publicado por TheThelemiteVegas
2 meses atrás
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