Obedeció en silencio... Y al final hizo exactamente lo que quería
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Comenzó en la cama, arrodillada, callada, obedeciendo cada orden mientras se tragaba la polla con deseo. Luego la puse a cuatro patas, con la luz del sol golpeando su culo recto, con el culo babeando, el coño abierto y sus pies cuidadosamente doblados debajo de su cuerpo. Ella gimió en voz baja, mirando hacia atrás, obedeciendo sin decir nada... Hasta que al final se subió a la cima con fuerza, pilotando como si supiera exactamente lo que quería desde el principio. Y lo consiguió.